ChatGPT

Inicio · IAs · Texto · ChatGPT




¿Para qué sirve esta IA?

Cuando le preguntas a ChatGPT que se describa a sí mismo, hace mi trabajo:

«Soy un modelo de lenguaje entrenado por OpenAI. No tengo un cuerpo físico, sino que existo en la forma de código y datos almacenados en una computadora. Mi propósito es ayudar a las personas a hacer preguntas y a obtener respuestas a sus preguntas de manera rápida y precisa. Estoy diseñado para ser capaz de comprender y procesar el lenguaje humano de manera muy eficiente, y puedo utilizar mi conocimiento y habilidades para proporcionar información y asistencia sobre una amplia gama de temas. Estoy dispuesto a ayudar con todo lo que necesites, así que si tienes alguna pregunta o necesitas ayuda con algo, no dudes en preguntar.»

Capacidades

Ir a ChatGPT

¿Te imaginas una máquina que pueda escribirte un ensayo, resolver un bug de código, traducirte una receta japonesa, componerte una canción, buscarte curro y, por si fuera poco, contarte un chiste decente? Pues sí, eso existe. Se llama ChatGPT, y es mucho más que un chatbot simpático.

Este invento medio mágico y medio espeluznante salió al mundo en noviembre de 2022, gracias a la gente de OpenAI, esos cerebritos que también crearon DALL·E, el generador de arte por texto que lo mismo te pinta una vaca galáctica que una Mona Lisa en modo punk. ¿Y quiénes estaban detrás de OpenAI? Pues nada más y nada menos que Elon Musk (sí, otra vez él) y Sam Altman, que se sacaron de la manga esta empresa en 2015 con la idea de que la inteligencia artificial no nos destruyera… al menos no tan rápido.

Pero volvamos a ChatGPT. Detrás de su nombre pegadizo se esconde algo llamado «Generative Pre-trained Transformer», que dicho de forma simple es un sistema que predice palabras como un oráculo del lenguaje.

Le das un input, y él te devuelve texto fluido, lógico y en muchos casos, sorprendentemente humano.

¿Y qué puedes preguntarle? Casi cualquier cosa. Desde cosas profundas tipo «¿Cuál es el sentido de la vida?», hasta preguntas de trivial como «¿En qué año se fundó Nueva York?». ¿Necesitas ayuda para una carta de amor, un post en redes o una fórmula matemática? ChatGPT está ahí para eso. Lo más loco es que no se queda en una simple respuesta, sino que recuerda lo que le dijiste antes y sigue el hilo de la conversación, como si fuera tu colega de toda la vida.

Y no solo se limita a charlar. Este bicho ha sido usado para resumir podcasts, escribir artículos, generar nombres para productos, redactar mails, diseñar juegos y hasta hacer de asesor laboral. Básicamente, si se puede decir con palabras, ChatGPT lo puede hacer por ti (o al menos intentarlo).

Así funciona la magia: GPT, redes neuronales y un toque humano

Vale, ahora vamos a abrirle el capó al bicho. ¿Qué hay dentro de ChatGPT? Pues, para empezar, una estructura llamada «transformer» que no tiene nada que ver con Optimus Prime, pero que igual es bastante alucinante. Este sistema es como un cerebro artificial que lee millones de textos y aprende a imitar la forma en que hablamos y escribimos. Suena a ciencia ficción, pero es pura matemática.

Todo comenzó con GPT-3, una especie de supermodelo lingüístico que lo mismo te escribe una novela que te traduce un texto o te corrige un correo con más estilo. Luego llegó GPT-3.5, que afinó un poco más, y ahora andamos por GPT-4 y GPT-4o, que ya no solo te entienden mejor, sino que además pueden trabajar con imágenes, voz y conversaciones largas sin perderse. O sea, no solo saben mucho, sino que te siguen la conversación sin que tengas que repetirles todo como a un loro con amnesia.

¿Y cómo se entrenan? Pues al principio con texto genérico de internet, pero luego se meten en faena con datos más específicos y loquísimos sistemas de aprendizaje por refuerzo con feedback humano. Básicamente, hay personas reales que hacen de entrenadores de IA: le dan ejemplos, corrigen sus respuestas y las ordenan de mejor a peor. Así, la máquina va pillando qué tipo de respuesta mola más y cuál suena como escrita por un robot con resaca.

Todo esto se apoya en redes neuronales (que imitan el cerebro humano, pero sin emociones ni dramas) y en deep learning, que es como un entrenamiento ninja para que la IA entienda mejor el lenguaje.

Así, cuando tú le preguntas algo, ChatGPT no busca respuestas en Google, sino que te genera una respuesta original basada en lo que aprendió, como si fuera un escritor improvisando.

Y hay más: ahora también puedes hablarle. Literalmente. Con voz. En móvil y web. Y no solo responde, sino que puede detectar tu tono emocional. Si estás cabreado, triste o emocionado, lo pilla y adapta su respuesta. ¿Estamos ante la primera IA con «sentido común emocional»? Bueno, todavía no, pero va en camino.

Ventajas brutales (y otras no tanto) de tener una IA en tu vida

Vamos al grano: tener ChatGPT a mano es como llevar un equipo de creativos, programadores, traductores, redactores y profes particulares… metidos en el bolsillo. Todo al mismo tiempo. Todo sin cobrarte por hora (aunque ojo, hay versión de pago, pero ya llegaremos a eso). ¿Te imaginas que un bot te ayude a mejorar un texto, preparar una clase, escribir un guión de vídeo o diseñar un currículum? Pues eso ya pasa. Cada día. En todos lados.

Entre sus superpoderes, destaca su velocidad de respuesta. No hay esperas, no hay colas, no hay “le responderemos en 24-48 horas”. Tú escribes y zas: respuesta inmediata. ¿Que no te convence? Pides otra. ¿Que quieres que lo diga en otro tono? Se adapta. Es como el camarero ideal: rápido, atento y siempre disponible.

También está el tema de la personalización. Cuanto más hablas con él, más ajusta sus respuestas a tu rollo. Es como si te leyera la mente, pero sin asustarte demasiado. Y si eres de los que trabaja con clientes de todo el mundo, te salva la vida con su soporte multilingüe. Traducciones rápidas, textos adaptados y cero errores gramaticales en francés, chino o suajili (bueno, casi).

En el mundo laboral, es un plus. Optimiza tareas repetitivas, libera tiempo para lo importante, y encima reduce costes. ¿Para qué contratar un equipo entero para tareas básicas cuando puedes tener un bot que las hace por ti en segundos? Y no solo eso: mejora la calidad de los contenidos, corrige errores y te da ideas cuando la mente se te queda en blanco.

Y atención a esto: es inclusivo. Muchas personas con discapacidad pueden interactuar más fácilmente con interfaces de texto como la de ChatGPT que con herramientas tradicionales. Un avance silencioso, pero potente.

Ahora bien, también hay que decirlo: no es perfecto. A veces, sus respuestas suenan un pelín robóticas, mete datos sin citar de dónde vienen y, aunque parezca muy listo, no tiene ni idea de lo que está diciendo realmente. Lo finge muy bien, eso sí, como un estudiante que improvisa en un examen oral. Y ojo, porque no entiende el sarcasmo ni la ironía. Así que mejor no lo uses para escribir tweets ácidos o chistes con doble sentido… porque no los pilla.

Y si no le explicas bien lo que quieres, puede centrarse en la parte equivocada de la pregunta. O perderse si cambias de tema. En ese sentido, sigue siendo un aprendiz muy aplicado, pero no un genio todoterreno.

Controversias, paranoias y ese lado oscuro que también tiene ChatGPT

Vale, ChatGPT parece el invento del siglo, pero no todo es color de rosa. Hay temas que han encendido alarmas en más de una reunión de profesores, despachos de abogados y oficinas gubernamentales. Empecemos con el más obvio: el uso tramposo.

Sí, hay gente que lo usa para copiar trabajos, hacer exámenes, plagiar contenidos o escribir artículos enteros sin mover un dedo. Profesores y jefes están en modo detective, intentando pillar al listo que usa la IA para currar sin currar. Y aunque OpenAI intentó lanzar un clasificador para detectar si un texto era artificial o humano… spoiler: lo retiraron por ineficaz. O sea, seguimos sin tener forma 100% confiable de saber si un texto lo escribió tu primo o un bot.

¿Y la privacidad? Otro tema caliente. Resulta que ChatGPT puede, sin quererlo, almacenar datos sensibles que tú le das en una conversación, como tu correo, tu dirección, tus gustos raros o la receta secreta de la abuela. En marzo de 2023, Italia se puso seria y lo baneó temporalmente por no cumplir con las normas de privacidad. Volvió, claro, pero solo después de que OpenAI hiciera los deberes legales.

También hay preocupación por el uso del modelo para fines turbios. Como puede generar código, los hackers lo han usado para crear malware. Y como puede imitar estilos de escritura, también podría usarse para suplantar personas y difundir desinformación. Vamos, que en manos equivocadas puede ser una bomba silenciosa de manipulación digital.

Otro problema gordo es el sesgo en los datos de entrenamiento. Si los textos con los que se entrenó la IA están llenos de estereotipos o prejuicios (y lo están), el modelo los repite como loro sin filtro. ¿El resultado? Comentarios insensibles, respuestas injustas o falta de comprensión sobre contextos culturales delicados. Y aunque OpenAI intenta corregir esto, la lucha contra el sesgo en IA es un monstruo difícil de domar.

Por último, está el miedo a que la IA nos quite el trabajo. Y no es una paranoia sin base. Hay tareas (como redactar descripciones de productos o contestar correos) que ya puede hacer una IA sin despeinarse. Pero ojo, que también hay otra mirada: la de usar ChatGPT como herramienta de apoyo, no como sustituto. Por ejemplo, abogados que lo usan para resumir casos, redactores que lo usan para lluvia de ideas, y profes que lo convierten en tutor virtual.

Y como no podía faltar: en 2025 llegó “ChatGPT Gov”, una versión adaptada para el gobierno de EE.UU., montada sobre Azure. ¿La idea? Que agencias públicas puedan usar el modelo en entornos seguros y con datos sensibles sin temor a fugas. ¿Suena bien o suena a distopía? Cada uno que saque sus conclusiones…

Entrar en ChatGPT



Entrar en ChatGPT

Automatizar procesos, Buscar información, Gestionar

Asistir en aprendizaje y escritura,

Automatizar procesos, Crear documentos sin

Analizar contenido multimedia, Conversar, Generar

Asistir a profesionales, Automatizar procesos

Automatizar procesos, Generar código

Automatizar procesos, Buscar información, Generar

Automatizar procesos, Buscar información

Deja el primer comentario